La gestión efectiva del talento humano, así como la administración adecuada de los recursos financieros y las inversiones, son fundamentales para cumplir los compromisos institucionales con el Estado y la sociedad costarricense. Los planes de inversión en sedes y recintos deben garantizarse en el mediano y largo plazo como parte de un plan maestro de desarrollo institucional e involucrar a la comunidad universitaria de forma continua y sostenida en el desarrollo de las regiones.
El espíritu humanista de la UCR se debe fortalecer a través de la creación de espacios donde la sinergia genere un trabajo productivo y, de esta manera, se mejore la gestión universitaria.
Incentivar un ambiente de mejora continua, que fomente el crecimiento personal y fortalezca las relaciones interpersonales, para mejorar el desempeño de los equipos de trabajo.
Impulsar los valores de identidad, compromiso, respeto y asertividad como componentes indispensables de la gestión universitaria.
La gestión universitaria debe ser un referente de ética, integridad, compromiso, dedicación, vocación y conocimiento. Además, debe impulsar la consecución de los objetivos institucionales. Por ello, el personal docente y administrativo debe actuar de acuerdo con la ética y el profesionalismo que demanda una institución de educación superior.
Crear sistemas y criterios de medición para supervisar los procesos administrativos.
Promover la transparencia, la rendición de cuentas y la responsabilidad en las acciones del personal universitario.
El desarrollo del talento humano debe centrarse en el bienestar general, dentro de una cultura organizacional orientada hacia la excelencia, a través del proceso de mejora continua.
Crear espacios que permitan la inversión de recursos en el desarrollo del personal universitario.
Desarrollar mecanismos para garantizar la permanencia a largo plazo y la jubilación digna de la fuerza laboral universitaria.
Promover hábitos de vida saludables, el bienestar físico y mental: la salud integral.
Los procesos administrativos deben coordinarse para garantizar un servicio de calidad para las personas usuarias, de acuerdo con los objetivos institucionales.
Reducir la burocracia en los procesos de gestión.
Modernizar los sistemas informáticos para generar procesos eficientes, considerando, en primer lugar, las necesidades y requerimientos del usuario final.
Evaluar de qué manera el teletrabajo afecta el logro de los objetivos institucionales y el bienestar del personal.
Fortalecer el proceso de asignación de fondos para la participación en actividades de desarrollo académico y profesional.
La política financiera debe responder a una planificación de mediano y largo plazo, con un uso pertinente y transparente de los recursos, y una ejecución eficaz y eficiente.
Salvaguardar el principio constitucional de la autonomía universitaria en la administración de los recursos universitarios.
Establecer escalas salariales justas y equitativas en los sectores académicos y administrativos.
Promover una asignación del presupuesto institucional con base en resultados.
Velar por una ejecución presupuestaria eficiente.
El mantenimiento y el crecimiento planificado de la infraestructura son prioritarios. Esto nos asegura un uso adecuado de los espacios, bajo el principio de razonabilidad institucional. Es fundamental considerar el bienestar del estudiantado, la seguridad y el desarrollo sostenible.
Establecer programas preventivos de mantenimiento y mejora de los espacios e infraestructura universitaria.
Revisar los criterios de asignación de recursos para el desarrollo de infraestructura.
Conformación de equipos interdisciplinarios para la proyección y manejo de espacio e infraestructura.
Planificación del desarrollo de la infraestructura en función de la creación de espacios que generen bienestar.